miércoles, 6 de agosto de 2014

Cuando las cosas me salen mal

El Señor le dio otro mensaje a Jeremías: «Baja al taller del alfarero y allí te hablaré»  Así que hice lo que me dijo y encontré al alfarero trabajando en el torno; pero la vasija que estaba formando no resultó como él esperaba, así que la aplastó y comenzó de nuevo. 
Después el Señor me dio este mensaje:  «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos. 
Si anuncio que voy a desarraigar, a derribar y a destruir a cierta nación o a cierto reino, pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como lo había planeado. Y si anuncio que plantaré y edificaré a cierta nación o a cierto reino, pero después esa nación hace lo malo y se niega a obedecerme, no la bendeciré como dije que lo haría.
Jeremías 18:1-10

Muchas veces me he encontrado en situaciones desfavorables y molestas para mi vida. Han sido situaciones en las cuales las cosas no van conforme a lo que yo quiero. Pareciera que todo lo que hago sale mal. En situaciones como estas, he de confesar, vuelvo mi espalda a Dios y reclamo. - "Por qué eres malo", "Por qué permites esto", "Por qué, por qué, por qué"... - Sin embargo, dentro de mi, el Espíritu Santo me juzga y me hace reflexionar. Me doy cuenta entonces que he descuidado mi salud espiritual. Lo que hago, las decisiones que tomo van en contra del corazón y voluntad de Dios para mi vida. Como resultado, las consecuencias son malas. 

Dios no quiere hacernos daño. No es su deseo para nosotros que suframos y padezcamos. El tiene el control. El tiene la potestad de permitir que sucedan las cosas. Todo lo bueno o lo malo que nos sucede no le toma por sorpresa. Sería muy fácil mal interpretar este pasaje diciendo que Dios controla nuestra vida y que todo lo que nos sucede, sea bueno o malo es responsabilidad de él. Pero el pasaje no dice eso, el pasaje nos dice que cuando nosotros decidimos desobedecer a Dios entonces el permitirá que lo malo acontezca. Por otro lado, si nuestra vida se caracteriza por desobedecer a Dios, pero nos arrepentimos y volvemos nuestro corazón y voluntad a él, entonces el nos bendecirá. Y esto se aplica a una nación cuando toda la población hace lo mismo. 

Si en este momento tu vida no es lo que tu quieres. Si las cosas te están saliendo mal. Si las decisiones que has tomado no han sido las correctas. Toma un momento, apartate de la rutina y pidele a Dios perdón. Obedece a Dios. Vuelve tu corazón a Dios. Ora, lee la Biblia y aplicala a tu vida. Verás como Dios te bendecirá. Podrás ver y sentir como Dios toma esa vida desordenada y rota para volverla a moldear de acuerdo a Su Voluntad, de acuerdo a Su modelo. 

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