lunes, 20 de febrero de 2017

H.O.P.E.

¿A cuántos les gusta las películas de super héroes? Especialmente ahora que está de moda las películas de Marvel y DC. ¿Por qué nos gustan tanto este tipo de películas o personajes? Algunas cosas que me vienen a la mente es: La acción, los efectos especiales, lo sobrenatural, la fantasía, las chicas guapas...

A parte de todo lo anterior creo que también nos gustan porque el super héroe siempre termina salvando el mundo (aunque toda la acción se concentre regularmente en EEUU). De alguna manera cada uno de estos personajes con habilidades extraordinarias y la mayoría sobrenaturales dan un sentido de esperanza. Sí, esperanza. Porque el mundo puede estar literalmente por acabarse pero el super héroe siempre lo termina salvando. Los "mortales" y "normales" pueden descansar en que el/los super héroes están ahí para salvarles (aunque eso implique la destrucción de media ciudad).

¿Qué es Esperanza?

La esperanza es un estado de ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados a eventos o circunstancias de la propia vida o el mundo en su conjunto [1].

Hoy en día es casi utópico hablar de esperanza. Basta encender la televisión, la radio o leer el diario para deprimirnos o enfadarnos, porque pareciera que las cosas van de mal en peor.

Pero tranquilos, aún hay esperanza. Por cada 10 noticias malas hay por lo menos una buena. Y en esta ocasión me gustaría recordar cuatro razones por las cuales debemos seguir teniendo esperanza. Y para ello voy a utilizar la palabra "hope" que en español se traduce esperanza. Allá vamos:

Debemos tener esperanza porque somos:

Hijos de Dios

Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre... - Juan 1:12

Cuando somos pequeños no nos preocupamos por qué vamos a comer, qué zapatos nos vamos a poner o de las necesidades que puedan surgir. ¿Por qué? porque nuestros padres (papá o mamá) se encargan de ello. De esa misma manera podemos descansar en que Dios cuida también de nosotros. Aunque ahora sí somos conscientes de qué nos hace falta y de los temores que tenemos, Dios cuida de nosotros como un padre cuida de su hijo(a). 

...pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. - Gálatas 3:26

Debemos seguir teniendo esperanza porque la esperanza es una:

Oportunidad de vivir una vida diferente

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. - 2 Corintios 5:17

Cuando tienes una relación personal con Cristo te aprendes que estás hecho para cosas más grandes que las que el mundo te ofrece. Por ejemplo, puedes convertir un desastre en una obra de arte. Por ejemplo, en mi caso particular. Yo crecí sin un padre. De hecho ni le conozco. Tenía la opción de hacer crecer en mí recentimiento, odio, rechazo e incluso hacerme la víctima. Hechar la culpa a esa situación sobre todo lo malo que pueda ocurrirme. Sin embargo, con la ayuda de Dios yo opté por otra opción, decidir ser el padre que nunca tuve y ser el esposo que me hubiese gustado que mi madre tuviera. ¿Entiendes mi punto?

Una vez dicho lo anterior. Debemos seguir teniendo esperanza porque:

Pertenecemos a una gran familia

Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo.
Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos. 1 Tesalonicenses 5:11, 15 

A lo largo de la vida vienen muchas situaciones difíciles. Pérdidas, separaciones, sufrimiento a causa de malas decisiones, pruebas. En fin, situaciones que nos hacen perder la fe y la esperanza. Pero, no tenemos por qué sufrir solos. Podemos y deberíamos apoyarnos unos a otros como hermanos en la fe que somos. 

Por lo demás, hermanos, regocijaos, sed perfectos, confortaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz; y el Dios de amor y paz será con vosotros. - 2 Corintios 13:11

Por último. Debemos seguir teniendo esperanza porque el

Espíritu Santo, El Consolador permanece con nosotros

Antes de ir a la Cruz y entregar su vida por amor a nosotros, Jesucristo anunció que dejaría a su Espíritu con nosotros, al Consolador.

Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque no creen en mí; de justicia, porque yo voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. - Juan 16:7-13

Así que, el Consolador no está solamente para beneficio nuestro:
- Guiarnos a la verdad
- Hacernos saber las cosas que habrán de venir

También está para poner orden en medio del caos en que vivimos:
- Convencer de pecado al mundo
- Convencer de justicia y juicio

¿Has perdido la esperanza?¿Te gustaría experimentar este tipo de esperanza?



jueves, 28 de abril de 2016

1+1 = 1

Juan 17:20-23


20 »No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. 21 Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. 23 Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.

Mensaje

Después de disfrutar la última cena con sus discípulos y de anunciar que uno de ellos le traicionaría, Jesús toma un tiempo para orar por sus discípulos. Para interceder ante Dios por aquellos que Él le había dado para entrenarlos, capacitarlos y empoderarlos con el fin de continuar la tarea que el inicio. La extensión del Reino.

Dentro de ese tiempo de oración, Cristo también pidió por aquellos que un día llegarían a creer en él, por el trabajo de esos doce. Es decir por ti y por mi. Cristo le pidió a Dios porque haya unidad entre nosotros. Así como el Padre, el Espíritu Santo y el Hijo son uno, que también nosotros seamos uno. Un mismo sentir (El amor) y un mismo propósito, servir (en justicia y misericordia), para que de esta manera el mundo crea en Cristo.

Aplicación

Si bien Cristo intercedió por nosotros ante el Padre para que alcancemos la unidad, no ha sido fácil para la Iglesia  obedecer. Esto puede tener muchas razones, la principal es el pecado. La Iglesia está llena de personas diferentes y por diferenes no me refiero a mejores o peores, simplemente diferentes. Cada persona es un mundo y muchas veces quisiéramos que los demás pensaran y actuaran como nosotros. Pero ya lo dijo el Apóstol Pablo a los Romanos y Corintios, somos como un cuerpo, que está compuesto por muchas partes y cada una de esas partes tiene una función y es necesaria para el cuerpo entero. La mano no le puede decir al pie que no le necesita. Así nosotros no podemos menospreciar o desechar a otra persona porque piense diferente, se vista diferente o alabe a Dios diferente que nosotros.

De eso se trata la unidad, que entendamos que en medio de las diferencias tenemos algo en común y es el amor a Cristo. Debemos tener un mismo sentir que es el amor. Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos e incluso amar a nuestros enemigos. La otra parte de la unidad que debemos entender es que como iglesia tenemos un mismo propósito, el cual es servir. Servir a quienes me rodean, no importando color, sexo, condición social, económica o política. Simplemente servir porque es lo que Cristo hizo. El no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.

De esta manera, amandonos los unos a los otros y sirviendo en justicia y misericordia a quienes nos rodean, las personas que no conocen a Cristo, llegarán a conocerle, porque todos somos uno, como Cristo, el Padre y el Espíritu Santo son uno. Que no haya división entre nosotros.